Columna cervicalCirugía mínimamente invasiva

Laminoplastia cervical expansiva

La Laminoplastia cervical expansiva se plantea en pacientes con dolor cervical, rigidez y síntomas en brazos o manos por estenosis cervical que comprime la médula. Tras agotar medicación, fisioterapia o infiltraciones sin mejoría suficiente, permite descomprimir de forma amplia el canal. Consiste en abrir las láminas vertebrales por un abordaje posterior, crear una “puerta” y fijarla en posición más abierta con placas o suturas, ampliando el espacio para la médula mientras se intenta mantener estabilidad y cierta movilidad. La indicación es individualizada tras la exploración neurológica y las imágenes, valorando beneficios, recuperación y riesgos antes de decidir.

Neurocirujano de columna en Alicante y Benidorm
Más de 20 años de experiencia
Hospital Vithas Medimar Alicante y Hospital Clínica Benidorm
Ilustración posterior de columna cervical mostrando apertura de láminas y fijación con placas en una laminoplastia cervical expansiva.

¿Qué es Laminoplastia cervical expansiva?

La Laminoplastia cervical expansiva es una técnica quirúrgica en la que se abre y “expande” la parte posterior del canal cervical (las láminas vertebrales) para dar más espacio a la médula espinal sin quitar completamente el hueso. Se crean unas “bisagras” óseas y se fija la lámina en una posición más abierta, habitualmente con pequeñas placas o suturas, de forma que el canal se ensancha. En este procedimiento se actúa sobre las láminas vertebrales y el canal medular posterior, sin necesidad de resecar por completo la parte posterior de la vértebra. El objetivo es descomprimir la médula cuando está comprimida de forma difusa por artrosis, osificaciones o estenosis multisegmentaria. A diferencia de otras técnicas, como la laminectomía simple o algunas fusiones posteriores, la Laminoplastia cervical expansiva intenta mantener la estabilidad y una cierta movilidad, reduciendo el riesgo de deformidad a largo plazo en pacientes seleccionados.

Síntomas y signos a tener en cuenta

Los candidatos a Laminoplastia cervical expansiva suelen presentar síntomas compatibles con mielopatía cervical y, a veces, radiculopatía. Es importante prestar atención a:

Dolor cervical crónico, a veces con irradiación hacia hombros y brazos
Hormigueos, adormecimiento o sensación de corriente en manos y dedos
Torpeza al abotonar ropa, escribir, usar cubiertos o hacer tareas finas con las manos
Inestabilidad al caminar, sensación de desequilibrio o caídas inexplicadas
Signos de alarma: pérdida brusca o progresiva de fuerza, dificultad marcada para caminar, caídas frecuentes, alteraciones de esfínteres o empeoramiento rápido de los síntomas

¿Cuándo está indicada esta cirugía/tratamiento?

Persistencia de síntomas cervicales y neurológicos a pesar de un tratamiento conservador correcto (fármacos, fisioterapia, medidas posturales)
Hallazgos en resonancia magnética o TAC que muestran estenosis cervical multisegmentaria con compresión de la médula espinal
Progresión neurológica: empeoramiento de la fuerza, torpeza de manos, dificultad para caminar o signos claros de mielopatía cervical
Dolor y limitación funcional que afectan de forma importante a la calidad de vida y a la autonomía
Casos en los que se busca una descompresión amplia del canal posterior manteniendo cierta estabilidad y movilidad como alternativa a otras técnicas

¿Cómo es el procedimiento paso a paso?

1.Preparación antes del tratamiento

Antes de la Laminoplastia cervical expansiva se realiza una evaluación clínica completa, con especial atención a la exploración neurológica y al equilibrio. Se revisan en detalle las pruebas de imagen para definir los niveles a tratar. El neurocirujano explica el objetivo de la cirugía, el tipo de técnica, los beneficios esperados y los posibles riesgos, resolviendo las dudas del paciente. Se dan instrucciones de ayuno, se revisa la medicación (sobre todo anticoagulantes o antiagregantes) y se organiza el ingreso hospitalario. Una vez aclarados todos los puntos, se firma el consentimiento informado.

2.Durante el procedimiento

La Laminoplastia cervical expansiva se realiza bajo anestesia general, mediante un abordaje posterior. Se separan los músculos para exponer las láminas de las vértebras cervicales a tratar. Después se realizan cortes controlados para crear una “puerta” que se abre hacia un lado, ampliando el canal medular. Las láminas se fijan en posición más abierta con pequeñas placas, tornillos o suturas especiales, de modo que el canal queda expandido y la médula dispone de más espacio. Se comprueba la descompresión y se cierra la herida por planos.

3.Postoperatorio inmediato

Tras la cirugía, el paciente pasa un tiempo en reanimación para vigilar el despertar de la anestesia, la respiración y el control del dolor. Después regresa a planta, donde se inicia una movilización progresiva, habitualmente al día siguiente. Se monitoriza la fuerza, la sensibilidad, la marcha y el dolor cervical. La hospitalización suele durar entre 2 y 3 días, ajustándose siempre a la evolución de cada paciente.

Recuperación y vida diaria

En los primeros días tras la Laminoplastia cervical expansiva es normal notar dolor en la nuca, rigidez y cansancio. La movilización básica (levantarse, caminar distancias cortas, aseo personal) suele comenzar de forma precoz. La vuelta al trabajo de oficina suele plantearse entre las 4 y 6 semanas si la evolución es favorable. Para trabajos físicos, con manejo de cargas o posturas forzadas, el tiempo de recuperación suele situarse entre 8 y 12 semanas o más, según la respuesta individual y el tipo de actividad. La fisioterapia, la reeducación de la marcha, el fortalecimiento progresivo de la musculatura cervical y dorsal, y la ergonomía en las actividades diarias son fundamentales. Ante fiebre, dolor intenso que no mejora, pérdida de fuerza, empeoramiento de la marcha o cualquier síntoma de alarma, es importante contactar de nuevo con el especialista.

Riesgos y posibles complicaciones

Como toda cirugía de columna, la Laminoplastia cervical expansiva conlleva riesgos, aunque la mayoría de pacientes evoluciona de forma satisfactoria. Conocerlos ayuda a tomar una decisión más equilibrada. Los riesgos generales incluyen complicaciones de la anestesia, infección de la herida, sangrado, formación de hematomas y trombosis venosa. Entre los riesgos específicos están la lesión de raíz nerviosa o médula espinal, dolor persistente en la musculatura cervical, falta de mejoría neurológica, apertura insuficiente del canal, desplazamiento o fallo del material de fijación y cambios en la alineación cervical. En algunos casos puede aparecer dolor en hombros o cuello relacionado con la musculatura posterior. Aunque no son frecuentes, deben valorarse frente a la gravedad de la estenosis y los síntomas del paciente. La decisión se toma siempre de forma individual.

Preguntas frecuentes

La duración suele situarse entre 2 y 3 horas, según el número de niveles a tratar y la complejidad del caso. A este tiempo se suma la preparación en quirófano y el periodo inicial en reanimación. El equipo indicará la duración aproximada prevista en tu situación.
Durante la intervención no hay dolor porque se realiza bajo anestesia general. En los días siguientes son habituales molestias cervicales y en la musculatura de la nuca, generalmente bien controladas con analgésicos. Muchos pacientes notan mejora progresiva de la presión en brazos y manos al disponer la médula de más espacio.
En trabajos de oficina suele plantearse entre 4 y 6 semanas si la evolución es favorable. Para trabajos con carga, movimientos repetitivos o posturas forzadas del cuello, la vuelta puede demorarse a 8–12 semanas o más. Se decide en las revisiones según cada caso.
Las actividades suaves como caminar se recomiendan pronto, aumentando tiempo y distancia progresivamente. Los deportes de impacto, contacto o con movimientos amplios de cuello suelen reintroducirse a partir de los 3 meses, según la evolución y las indicaciones del cirujano y fisioterapeuta.
La cirugía busca descomprimir de forma amplia la médula, por lo que es poco probable que reaparezca la misma estenosis en los niveles tratados. Otros segmentos pueden degenerar con el tiempo y algunos pacientes pueden mantener cierto dolor o rigidez. Los hábitos posturales y el fortalecimiento influyen en la evolución a largo plazo.
La laminectomía retira por completo las láminas, mientras que la Laminoplastia las abre y fija en posición más amplia para conservar parte de la estructura posterior. Frente a la fusión, que fija segmentos y reduce la movilidad, la Laminoplastia busca mantener más movimiento en pacientes seleccionados. La elección depende del patrón de estenosis y la alineación cervical.
No necesariamente. Es una buena opción en determinados patrones de estenosis y alineación, pero en otros casos pueden estar indicadas técnicas de fusión o abordajes combinados. La decisión se basa en las imágenes, la clínica y las características del paciente, de forma individual.

¿Te reconoces en estos síntomas?

Si alguno de estos síntomas encaja con lo que estás viviendo y el dolor empieza a limitar tu día a día, podemos valorar tu caso de forma personalizada. El Dr. Ben Ghezala revisará tu historia clínica y tus pruebas de imagen para ayudarte a decidir el mejor tratamiento para ti.

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Laminoplastia cervical expansiva | Dr. Karim Ben Ghezala