Columna cervicalCirugía mínimamente invasiva

Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical)

La Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) es una opción quirúrgica para pacientes con dolor de cuello, rigidez y síntomas en el brazo por hernia o degeneración discal. Consiste en retirar el disco dañado y colocar una prótesis móvil que busca descomprimir la raíz o la médula y mantener la altura y parte del movimiento del segmento. Suele plantearse cuando medicación, fisioterapia o cambios posturales no logran controlar los síntomas y se desea preservar la movilidad cervical en lugar de fusionar el segmento. Siempre se indica de forma individual, basándose en la valoración clínica y en las pruebas de imagen, con una explicación clara de beneficios, recuperación y riesgos.

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Hospital Vithas Medimar Alicante y Hospital Clínica Benidorm
Ilustración lateral de columna cervical con prótesis de disco entre C5 y C6, mostrando preservación de la altura y la movilidad del segmento.

¿Qué es Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical)?

La Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) es una cirugía en la que se retira un disco cervical dañado o herniado y se sustituye por una prótesis móvil diseñada para mantener la altura del espacio y la movilidad del segmento. El abordaje suele realizarse por la parte anterior del cuello, desplazando suavemente las estructuras vecinas para acceder a la columna cervical. En este procedimiento se trabaja sobre el disco intervertebral y las raíces nerviosas que salen de la médula espinal en la región cervical. Al retirar el disco patológico y colocar la prótesis, se descomprime la raíz o la médula y se intenta conservar un movimiento lo más fisiológico posible en esa zona. A diferencia de la discectomía con fusión (en la que se fija el segmento y se elimina su movilidad), la Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) busca descomprimir y, al mismo tiempo, preservar movimiento, lo que puede ayudar a reducir la sobrecarga de los niveles vecinos en determinados pacientes seleccionados.

Síntomas y signos a tener en cuenta

Los pacientes candidatos a este tratamiento suelen presentar síntomas derivados de la compresión de una raíz nerviosa o de la médula a nivel cervical. Es importante reconocerlos y comentarlos en consulta con el especialista. Los más habituales son:

Dolor cervical que puede irradiarse al hombro, brazo o mano
Hormigueos, adormecimiento o sensación de corriente en los dedos
Pérdida de fuerza o torpeza al coger objetos o realizar movimientos finos
Dolor que empeora al mantener la cabeza en la misma posición, agacharse o realizar esfuerzos
Signos de alarma: pérdida brusca de fuerza, dificultad para caminar, desequilibrio, problemas para controlar esfínteres o empeoramiento rápido del dolor

¿Cuándo está indicada esta cirugía/tratamiento?

Síntomas cervicales y radiculares persistentes a pesar de tratamiento conservador (fármacos, fisioterapia, medidas posturales)
Hallazgos en resonancia magnética o TAC que muestran hernia discal cervical o degeneración focal concordante con los síntomas
Progresión neurológica: aumento del déficit de fuerza, alteraciones de la sensibilidad o cambios en la marcha
Dolor incapacitante que afecta de forma significativa a la calidad de vida, el sueño o el rendimiento laboral
Pacientes seleccionados en los que se busca preservar la movilidad del segmento, como alternativa a la fusión

¿Cómo es el procedimiento paso a paso?

1.Preparación antes del tratamiento

Antes de la Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) se realiza una evaluación clínica completa, revisando antecedentes médicos, medicación habitual y pruebas de imagen. El especialista explica de forma detallada el procedimiento, los beneficios esperados y los riesgos potenciales, resolviendo las dudas del paciente. Se indican normas de ayuno, ajustes de medicación (por ejemplo, anticoagulantes) y recomendaciones sobre el ingreso. Es habitual firmar el consentimiento informado una vez aclaradas todas las cuestiones relevantes.

2.Durante el procedimiento

La cirugía se realiza bajo anestesia general a través de un pequeño abordaje en la parte anterior del cuello. Se accede cuidadosamente al nivel cervical afectado, se retira el disco dañado y se descomprime la raíz nerviosa o la médula. A continuación, se coloca la prótesis de disco cervical, diseñada para mantener la altura del espacio y permitir un cierto grado de movimiento. En todo el proceso pueden utilizarse intensificador de imagen y otros recursos para asegurar la correcta posición del implante y una descompresión adecuada.

3.Postoperatorio inmediato

Tras la intervención, el paciente pasa un tiempo en la sala de reanimación, donde se controla el despertar de la anestesia y el dolor. Posteriormente vuelve a planta, donde se inicia una movilización suave, por lo general al cabo de pocas horas. Se monitorizan la fuerza, la sensibilidad y la evolución del dolor cervical y radicular. La hospitalización suele ser corta, alrededor de 24–48 horas, adaptándose siempre a la situación clínica de cada paciente.

Recuperación y vida diaria

En los primeros días tras la Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) es normal notar molestias cervicales y cierta rigidez. La movilización básica (levantarse, caminar distancias cortas) suele iniciarse pronto, siempre siguiendo las indicaciones del equipo médico. La vuelta al trabajo de oficina suele ser posible en 2–4 semanas, mientras que las profesiones con esfuerzo físico, manejo de cargas o movimientos repetitivos de cuello pueden requerir entre 6 y 8 semanas o más, según la evolución. La fisioterapia especializada, la ergonomía en el puesto de trabajo y los hábitos saludables (fortalecimiento progresivo, evitar el tabaco, control del peso) son claves para la recuperación. Ante fiebre, dolor intenso que no cede, empeoramiento neurológico o cualquier síntoma de alarma, es importante consultar de nuevo con el especialista.

Riesgos y posibles complicaciones

Como toda cirugía, la Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) conlleva riesgos, aunque la mayoría de pacientes evoluciona sin complicaciones. Es fundamental conocerlos para tomar una decisión informada. Entre los riesgos generales se incluyen las complicaciones de la anestesia, infección de la herida, sangrado, hematoma y trombosis venosa. Los riesgos específicos de este procedimiento incluyen lesión de raíz nerviosa o médula, dificultad transitoria para tragar, lesión de estructuras vecinas (tráquea, esófago, vasos), malposición o desgaste de la prótesis, osificación alrededor del implante que limite el movimiento y posible degeneración de otros niveles. Aunque estas complicaciones son poco frecuentes, deben valorarse siempre en el contexto de la situación individual del paciente, comparando los riesgos con el potencial beneficio de aliviar el dolor y mejorar la función.

Preguntas frecuentes

La duración de la cirugía suele situarse entre 60 y 120 minutos, dependiendo del número de niveles a tratar y de las características anatómicas de cada paciente. A este tiempo hay que añadir el periodo de preparación en quirófano y el despertar de la anestesia. Tras la intervención, se pasa un tiempo en reanimación antes de volver a la habitación.
Durante la cirugía no se siente dolor, ya que se realiza bajo anestesia general. Después es esperable cierta molestia cervical, sensación de tirantez o dolor en la zona de la incisión, que suele controlarse bien con medicación analgésica. La mayoría de pacientes nota una mejoría progresiva del dolor radicular en el brazo en los días o semanas posteriores.
En trabajos de oficina o con esfuerzo físico ligero, la reincorporación suele ser posible entre las 2 y 4 semanas, siempre que la evolución sea favorable. Si el trabajo implica esfuerzos, cargas o movimientos repetitivos de cuello, el tiempo puede alargarse a 6–8 semanas o más. La decisión final se toma de forma individual en las revisiones postoperatorias.
Las actividades suaves, como caminar, se suelen recomendar de forma precoz. Los deportes de impacto, contacto o que exigen movimientos amplios de cuello se reintroducen de forma progresiva, habitualmente a partir de las 8–12 semanas, según la recuperación y las recomendaciones del especialista y del fisioterapeuta. Es importante seguir un plan de vuelta al deporte guiado y prudente.
Aunque muchos pacientes mejoran de manera significativa, siempre existe la posibilidad de persistencia de síntomas o de aparición de molestias a medio o largo plazo. El nivel intervenido queda tratado con la prótesis, pero otros discos pueden degenerar con el tiempo. Los hábitos posturales, la musculatura cervical y el cuidado general de la columna influyen en la evolución a largo plazo.
La Artroplastia discal cervical (prótesis de disco cervical) pretende descomprimir la raíz o la médula y, al mismo tiempo, preservar la movilidad del segmento gracias a la prótesis. En la fusión cervical, el segmento se fija y pierde movimiento, pero se obtiene una estabilidad muy sólida. La elección entre una técnica u otra depende de la edad, el tipo de lesión, el grado de degeneración y otros factores que el neurocirujano valorará de forma individual.
No necesariamente. La prótesis de disco es una buena opción en pacientes seleccionados, con determinadas características anatómicas y de degeneración. En otros casos, la fusión puede ser más adecuada para lograr estabilidad y aliviar el dolor. La decisión no se basa en una técnica “mejor en general”, sino en cuál es la más indicada para tu situación concreta.

¿Te reconoces en estos síntomas?

Si alguno de estos síntomas encaja con lo que estás viviendo y el dolor empieza a limitar tu día a día, podemos valorar tu caso de forma personalizada. El Dr. Ben Ghezala revisará tu historia clínica y tus pruebas de imagen para ayudarte a decidir el mejor tratamiento para ti.

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