Columna cervicalCirugía mínimamente invasiva

Artrodesis cervical posterior (instrumentación con tornillos en masas laterales o pedículos cervicales)

La Artrodesis cervical posterior (instrumentación con tornillos en masas laterales o pedículos cervicales) se plantea en pacientes con dolor cervical crónico, rigidez y, a menudo, irradiación a los brazos o dificultades para caminar y mantener el equilibrio. Suelen haber probado medicación, fisioterapia u otros tratamientos sin la mejoría necesaria y las imágenes muestran inestabilidad, deformidad o compresión por detrás. El procedimiento permite descomprimir la médula y las raíces y fijar varios niveles desde la parte posterior del cuello mediante tornillos, barras e injerto óseo, aportando una estabilización sólida. La indicación es individualizada y se basa en la clínica, la exploración neurológica y la resonancia o el TAC para proteger la función neurológica y frenar la progresión de los síntomas.

Neurocirujano de columna en Alicante y Benidorm
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Hospital Vithas Medimar Alicante y Hospital Clínica Benidorm
Ilustración posterior de columna cervical mostrando artrodesis multisegmentaria con tornillos y barras para estabilizar e inducir la fusión ósea.

¿Qué es la Artrodesis cervical posterior?

La Artrodesis cervical posterior es una cirugía de estabilización realizada desde la parte posterior del cuello. Se colocan tornillos en las masas laterales o pedículos de las vértebras, conectados con barras, y se añade injerto óseo para lograr una fusión sólida, corrigiendo o previniendo la inestabilidad y protegiendo la médula y las raíces. Permite, además, descompresiones amplias por detrás como laminectomías o foraminotomías cuando se necesita.

Síntomas y signos a tener en cuenta

En estos casos conviene vigilar:

Dolor cervical persistente con rigidez y posible irradiación a hombros y parte alta de la espalda
Dolor que se irradia a uno o ambos brazos con hormigueos o adormecimiento en manos y dedos
Torpeza en las manos, dificultad para abotonar, escribir o manipular objetos pequeños
Inestabilidad al caminar, sensación de andar rígido o inseguro, tendencia a tropezar
Signos de alarma: pérdida progresiva o brusca de fuerza en brazos o piernas, caídas frecuentes, alteraciones de esfínteres o empeoramiento rápido de la marcha que requieren valoración urgente

¿Cuándo está indicada esta cirugía?

Persistencia de dolor cervical, radicular o síntomas de mielopatía pese a tratamiento conservador
RM o TAC con estenosis cervical posterior, compresión medular o deformidad (cifosis, inestabilidad) que justifican abordaje posterior
Progresión neurológica: empeoramiento de la marcha, caídas, mayor torpeza de manos o pérdida de fuerza
Dolor incapacitante que limita calidad de vida, autonomía y capacidad laboral
Inestabilidad cervical demostrada (traumática, degenerativa o postquirúrgica) que requiere fijar varios niveles

¿Cómo es el procedimiento paso a paso?

1.Preparación antes del tratamiento

Se realiza exploración neurológica detallada y revisión minuciosa de las imágenes para definir niveles a descomprimir y fijar. Se explican objetivos, abordaje, alternativas y riesgos, resolviendo dudas. Se indican normas de ayuno, ajustes de medicación (especialmente anticoagulantes y antiagregantes) y se valoran comorbilidades con anestesia antes de firmar el consentimiento.

2.Durante el procedimiento

Bajo anestesia general, el paciente se coloca habitualmente boca abajo con la cabeza sujeta. Se hace una incisión posterior en la línea media y se expone el hueso. Se colocan tornillos en masas laterales o pedículos, guiados por referencias anatómicas, radiología intraoperatoria y, en ocasiones, navegación. Pueden realizarse laminectomías o foraminotomías para descomprimir la médula y las raíces. Se conectan las barras, se coloca injerto óseo para favorecer la fusión y se cierra la herida, dejando drenaje si es necesario.

3.Postoperatorio inmediato

Tras la cirugía se monitorizan constantes, función neurológica y dolor en reanimación, y luego en planta. Es habitual dolor muscular en la nuca y hombros controlado con analgésicos. La movilización comienza de forma progresiva (sentarse, ponerse de pie y caminar) a menudo en las primeras 24–48 horas. La estancia hospitalaria suele ser de 3–5 días según dolor, fuerza, marcha y evolución de la herida.

Recuperación y vida diaria

La recuperación es progresiva y puede ser más lenta que en abordajes anteriores por la musculatura posterior. Las primeras semanas son frecuentes el dolor muscular, la fatiga y la rigidez cervical. La movilización básica inicia pronto, evitando esfuerzos, cargas y movimientos bruscos. La vuelta al trabajo de oficina suele valorarse entre 4 y 6 semanas; los trabajos físicos o con riesgo de caídas pueden requerir 3–4 meses o más. Fisioterapia, fortalecimiento y corrección postural son claves. Ante fiebre, inflamación intensa, empeoramiento del dolor, nueva debilidad o cambios en la marcha, se debe consultar de inmediato.

Riesgos y posibles complicaciones

Riesgos generales: complicaciones de anestesia general, infección de la herida, sangrado, hematoma y trombosis venosa. Riesgos específicos: lesión de la médula o raíces con posible empeoramiento de fuerza o sensibilidad; falta de fusión ósea (pseudoartrosis); malposición de tornillos que puede requerir revisión; dolor cervical residual o crónico; progresión de la degeneración en segmentos adyacentes y riesgo de deformidad si no se mantiene buena alineación. Estos riesgos se comparan siempre con el riesgo de no tratar una estenosis o inestabilidad significativa.

Preguntas frecuentes

Suele durar entre 2 y 4 horas según el número de niveles a fijar y si se requieren descompresiones amplias. A este tiempo se suma la preparación en quirófano y la estancia en reanimación. El equipo te dará una estimación adaptada a tu caso.
Durante la cirugía no hay dolor porque se realiza con anestesia general. Tras la operación es habitual dolor en la parte posterior del cuello y musculatura de hombros y espalda alta, controlado con analgésicos y que mejora con los días. El dolor más intenso por compresión nerviosa suele reducirse al disponer la médula y las raíces de más espacio.
En trabajos de oficina la reincorporación suele valorarse entre 4 y 6 semanas, según la evolución. Para trabajos físicos con carga, movimientos repetitivos del cuello o riesgo de caídas, pueden necesitarse 3–4 meses o más. Estas decisiones se individualizan en las revisiones.
La marcha suave se inicia pronto y se incrementa progresivamente. Deportes de impacto, contacto o que exijan amplios movimientos cervicales se reintroducen de forma gradual, habitualmente a partir de los 3–4 meses, siguiendo las indicaciones del cirujano y rehabilitación.
La cirugía busca estabilizar y descomprimir los niveles tratados, por lo que es poco probable que reaparezca la misma inestabilidad en los segmentos fusionados. Otros niveles pueden degenerar con el tiempo y, si el daño neurológico era avanzado, la recuperación puede ser parcial.
La artrodesis anterior actúa desde el frente sobre discos y cuerpos vertebrales. La artrodesis posterior permite descompresión amplia por detrás y una fijación muy sólida de varios niveles. En casos complejos pueden combinarse ambas. El abordaje depende de la localización de la compresión, la deformidad, los niveles y los objetivos quirúrgicos.
No todos los casos requieren cirugía. En situaciones leves y estables puede optarse por observación y tratamiento conservador. Con síntomas neurológicos, estenosis significativa, inestabilidad o empeoramiento progresivo, la cirugía suele ser la opción más razonable. La decisión es individual y basada en el balance riesgo–beneficio.

¿Te reconoces en estos síntomas?

Si alguno de estos síntomas encaja con lo que estás viviendo y el dolor empieza a limitar tu día a día, podemos valorar tu caso de forma personalizada. El Dr. Ben Ghezala revisará tu historia clínica y tus pruebas de imagen para ayudarte a decidir el mejor tratamiento para ti.

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